viernes, 31 de mayo de 2019

HOMILIA DOMINGO VII DE PASCUA, 2-6-2019


VII DOMINGO DE PASCUA DE LA ASCENSION DEL SEÑOR.
  
SIGO CON VOSOTROS.

Lc 24, 46-53.

El texto de la Ascensión del Señor en Lucas destaca que sube a los cielos bendiciéndonos. Se va pero se queda con nosotros hasta el final de los tiempos. Invisible a nuestros ojos palpamos su cercanía y presencia en todos los momentos de la vida. No podemos vivir ni un instante sin Cristo. Su aparente ausencia es su mayor presencia que dicen los místicos.

 Recogiendo el gran documento de Aparecida donde fue clave el actual papa Francisco y a la luz de la Ascensión son tres claves que se afirman en este domingo.

1. Cristo sigue vivo en su Iglesia. Sus pecado no le han alejado de su esposa a la que ama con toda la ternura de su Corazón y que ascendido al Padre, la Iglesia vive de la Trinidad. El lugar en ésta tierra del encuentro con el Señor será siempre su Iglesia santa y pecadora.  
2. Es la Eucaristía celebrada comulgada y adorada donde se realiza a fondo, a corazón abierto con el Resucitado que ascendido a los cielos, nos dice que estará siempre con nosotros hasta el final de los tiempos. La Iglesia vive de Cristo resucitado en la Eucaristía y en torno a esa mesa se crea la verdadera y autentica fraternidad.
3. Es la primacía de la Palabra de Dios donde late su Corazón Redentor para la vida del mundo. Nuestro encuentro con Jesús vivo cada día no puede prescindir de su Palabra. Esta Palabra que resuena en la liturgia de cada día en el año litúrgico que es el latido del Corazón de Jesús en el corazón de la Iglesia que vive de la liturgia.
4. El servicio a los que sufren, a los pobres, es el lugar del encuentro con el Resucitado que nos hace descubrir el gozo y la alegría de quien nos dice una y otra vez que lo que hagamos a uno de sus hermanos pequeños se lo hemos hecho a Él y quedara para siempre tatuado en su Corazón.

+ Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres https://ssl.gstatic.com/ui/v1/icons/mail/images/cleardot.gif