MONTE NEBO
He subido a este monte, donde murió Moisés, aunque nunca
se supo dónde estaba su tumba. Se encuentra en Jordania. A lo lejos, en el
desierto, se contempla un oasis verde que es Jericó. Desde aquí, el monte Nebo,
Moisés contempla la tierra prometida. Es una gozada descubrir que cuando se
atraviesa el desierto se llega siempre a la tierra prometida, donde se descubre
una “tierra que mana leche y miel”, se
vive en la brisa suave de la fragancia del Evangelio.
+Francisco
Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres