viernes, 16 de enero de 2015

EN EL PAÍS DE JESÚS-3

EL Desierto


UNA SOLEDAD POBLADA DE AULLIDOS

 He llenado mis ojos de la luz intensa del desierto. He caminado a pié descalzo, de noche y de día buscando tu rostro. Me he perdido en la “soledad poblada de aullidos”  y, sin embargo he caminado en una “soledad sonora”. 

Puedo asegurarte, Señor, que el desierto siempre ha fascinado mi alma por la purificación de mi cuerpo. He vuelto a caminar seducido por tu presencia. He buscado la alegría dentro de mí y en todos los desiertos de la vida, en todos los desiertos he descubierto y he vivido la alegría de no instalarme en nada que no fueses Tú. De mirar hacia el cielo. De seguir caminando. DE buscar tu rostro



+ Francisco Cerro Chaves
  Obispo de Coria-Cáceres