lunes, 7 de octubre de 2013

Te acercaste, Señor, a mi



(Orar con Jn. 6, 11)
Caía la tarde sobre los campos y Tú, Señor, te compadeciste de nosotros, hambrientos y caminantes en esta vida.
Tú multiplicaste los panes y los peces que salían de tus manos a miles de millones.
Cuando te acercaste a mi, que apenas lo podía creer, el corazón me latía apresurado. Yo apenas confiaba en tu amor, en tu fuerza y en tu poder, y vi que de tus manos salía el pan a borbotones.
Ahora recuerdo con nostalgia y confío que Tú eres capaz de hacer brotar “pan de las piedras” y mi confianza en Ti se llena, Señor, de estrellas como una noche de verano.