Todavía recuerdo el impacto que produjo
en mí el libro “Viven”. Trata de los treinta deportistas que cayeron en los Andes,
cuando viajaban en un avión y que tuvieron que pasar tantas calamidades.
Recuerdo que uno de los protagonistas
recordaba a su abuela, todavía la llamaba “Buba”. ¡Cuánto me has enseñado en la
vida, abuela! Sobre todo a creer, a tener fe en Dios.
Gracias a todos los abuelos del mundo,
que saben transmitir lo que nunca cambiará ni pasará de moda y seguirá siendo
fuente permanente de alegría, aún en las adversidades.