Tenemos que buscar a Dios en todo. Y
tenemos que saber que, aunque Dios llena plenamente nuestro corazón, sin
embargo no nos da más que las pistas suficientes para identificarnos con Él
desde la fe, la esperanza y la caridad
Es verdad que, a veces, el lenguaje de
Dios es el silencio. Pero su lenguaje hacia nosotros siempre es el amor.
El Señor es un Dios que ama el silencio
como lo experimentó la Virgen durante su vida. Un amor que hace silencio, no
por desinterés de Dios, sino para que busquemos más al Dios de los consuelos
que los consuelos de Dios.
Nosotros tenemos que seguirle sabiendo
que nuestro único camino es el del amor a Él.