jueves, 26 de septiembre de 2013

Confieso



En esta tarde de la vida,
comparezco delante de Ti,
Señor,
y confieso que he amado
y he sufrido por Ti.
Nada fuera de ti
he anhelado;
todo era nada en comparación
con tu Corazón.
Confieso un poco ruborizado
que sembré demasiada poca
esperanza en los corazones
que se acercaron a mi vida.
Amén.