EL
XIV SINODO ORDINARIO DE LOS OBISPOS SOBRE LA
VOCACIÓN Y LA MISIÓN DE LA FAMILIA EN LA IGLESIA Y EN EL MUNDO CONTEMPORÁNEO
(ROMA OCTUBRE 2015)
La Iglesia Universal está celebrando en Roma un Sínodo
ordinario de los Obispos, después de preparar el camino con la celebración de
uno extraordinario (2014). Nuestra diócesis ha participado activamente
respondiendo a las dos encuestas enviadas antes de cada Sínodo. Este encuentro de unos 270 obispos trabajando
unidos con el Papa y aceptando su autoridad es un signo magnífico de la
colegialidad episcopal, una de cuyas tareas es aconsejar al Santo Padre en las
cuestiones que él tenga a bien proponerles, en este caso el tema es La vocación y la misión de la familia en la
Iglesia y en el mundo contemporáneo.
¿Qué se propone, entonces, el Sínodo? En primer lugar,
profundizar en el matrimonio como una vocación a la santidad, como una
modalidad de poner el práctica la llamada común de todos los cristianos a la
santidad viviendo en el amor. Por eso este Sínodo no es doctrinal, sino que
quiere buscar el modo de proponer al hombre y a la mujer de hoy, secularizados
e individualistas, poco amigos de compromisos estables, la concepción cristiana
del matrimonio como unión en el amor de un hombre y una mujer para, mediante la
fecundidad, fundar una familia. En segundo lugar, buscar nuevos caminos para
que la familia, como sujeto evangelizador, lleve a cabo su misión insustituible
de dar testimonio y anunciar la belleza del evangelio del matrimonio y de la
familia, muchas veces a personas heridas por las rupturas familiares a diversos
niveles. Hemos de acudir con amor a las periferias existenciales y acoger a las
personas excluidas por la cultura del descarte, como nos dice el Papa
Francisco. Para eso, hacen falta nuevas formas, un estilo nuevo, para que el
matrimonio y la familia no se conciban como la tumba de la libertad, sino como
el lugar para vivir el amor entregado que lleva a cada persona portadora de
esta vocación a la plenitud de vida. Solo las familias que han experimentado la
acción de Jesucristo y están agradecidas por ello pueden ser agentes de esta
pastoral innovadora. Las familias transformadas por Cristo son les mejores
agentes para la transmisión de la fe a las nuevas generaciones.
Todo lo dicho nos invita a rezar por este sínodo ordinario
de la familia, pues hacen falta respuestas fieles y creativas para afrontar los
problemas, muchos de ellos nuevos, de la pastoral familiar. Las decisiones del
sínodo debemos esperarlas con corazón abierto para poder dar respuesta a los
problemas de la pastoral familiar en nuestra diócesis, poniendo todos los
medios con que contamos para llevarlas adelante: delegación de familia y vida,
parroquias y arciprestazgos, el COF diocesano y los movimientos, nuevas
realidades, asociaciones y centros de enseñanza que trabajan directamente con
las familias y que afrontan a diario cuestiones complicadas. Quiero bendecir
hoy a todas las familias de nuestra diócesis, a los padres y madres, a los
hijos y a los abuelos, y animarlos a anunciar con sus vidas la belleza del
evangelio de la familia y de la vida.
+ Francisco Cerro Chaves
Obispo de
Coria-Cáceres