Lunes 9 de septiembre de 2019
Una oración cristiana siempre se vive por Cristo con El y en El.
El Corazón de Jesús nos revela el amor del Padre y es el canal que nos transmite el Espíritu Santo como Señor y dador de vida.
La oración cristiana no la define ni la concentración ni solo una introspección que te hace bucear para encontrarte con una pared o un espejo. Lo esencial es el Amor recibido y entregado.
Sin amor la oración no sería cristiana porque no haría ni vivencia ni referencia de Dios Amor que nos ama con un corazón humano.
Orar siempre nos tiene que llevar al Otro y al servicio en caridad a los otros.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres