Viernes 9 de agosto de 2019
Toda contemplación cristiana se inicia con el asombro de quien ha conocido el amor y canta sus misericordias. El asombro da paso al agradecimiento. El agradecimiento a la alabanza y la alabanza a presentar nuestras manos vacías para que las llene su amor...y sencillamente quedarse con la boca abierta y el corazón en fiesta.
Siempre lanzándonos a entregar nuestra vida al servicio de los mas pobres de los pobres.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres