DOMINGO
XVII DEL TIEMPO ORDINARIO
PEDID
Lc 11, 1-13.
Después de no acertadas
interpretaciones, la oración de petición hoy como siempre ha vuelto a situarse
en verdad en su lugar como oración plenamente evangélica. Escuché alguna vez a
algunos pensando que habían descubierto el Mediterráneo, mi oración es solo de
alabanza y agradecimiento, pero no pido nada porque Dios sabe lo que necesito
mejor que yo. ¡¡Claro que lo sabe!!, pero no lo sabe por ti, si tú no te
presentas con un corazón necesitado.
Si Benedicto XVI hablaba
de Dios, como el que mendiga nuestro amor, también cada uno de nosotros debe
ser mendigo del amor de Dios y de cada persona humana. El amor no se exige, se
mendiga. La oración de petición que Jesús nos enseña en Lucas tiene tres pasos
y se recoge en el Padrenuestro.
El primer paso es la
afirmación de orar a un Padre Bueno, que nos quiere y que quiere que le
pidamos...pedid y se os dará. Solo viven la oración de petición aquellos que
han saboreado la paternidad de un Dios que nos quiere con locura y que desea
para cada uno de nosotros lo mejor.
Segundo, si no nos sentimos
necesitados, no somos pobres y por tanto nos situamos delante del Señor, ricos
y con la satisfacción del que no se abre a recibir porque lo tiene todo y no
necesita ni de Dios ni de nadie. Solo piden de verdad los pobres, y los que
viven abiertos a la Misericordia de Dios.
El último paso es la oración
de petición que tiene su culminación en el Padrenuestro, es el que de verdad
ora, desea y pide, el mendigo. Aquel que se abre porque se siente necesitado de
todo. Como un niño pequeño que su única arma es el pedir, el llorar, el
patalear, hasta que sus padres le dan lo que necesite.
Pedir, es exigencia de quien
se sitúa delante de Dios y de la gente pobre necesitado de la ternura de Dios. Solo
abiertos a recibir, invocamos con nuestras manos la ayuda de un Padre, que es
siempre Padre, y que se ha comprometido a concedernos aquello que necesitamos,
si es para nuestro mayor bien y a mayor gloria de Dios.
+ Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres