Lunes 10 de junio de 2019
Orar en el tiempo ordinario con sus luces y sombras, con sus alegrías y sufrimientos tiene el sabor a Nazaret a vida de familia a sencillez a corazón abierto, a compartir los gozos y esperanzas de las gente.
Hay que orar mucho para orar mejor decía la Madre Teresa de Calcuta. Posiblemente quien no ora cada día no podrá soportar las embestidas de un tiempo donde no interesa Dios para nada.
Vivir sin Dios de tantos, hace que tengamos todos los días que vivir de Dios en la oración y en el compartir con los hermanos mas necesitados.
Vivir sin orar es entrar en el peligro de los que se pierden en el mar embravecido de la vida sin encontrar el puerto seguro de su Corazón abierto.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres