Jueves 20 de junio de 2019
Orar a pie descalzo como Abrahán, como Moisés es saber que la tierra que pisamos en el encuentro con el Señor es tierra sagrada.
Así oró Jesús en Getsemaní y María junto a la cruz. Así tenemos que orar nosotros sin mas derechos que ser hijos de Dios y con la profunda humildad de quien confía de que nada es imposible para Dios.
Cuando nos adentramos en la oración a pie descalzo y contemplando la Eucaristía descubrimos su Amor apasionado y todo su amor hacia nosotros que caminamos confiados en medio de la sequedad del desierto y la confianza del triunfo de Jesús en mi vida.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres