Miércoles 22 de mayo de 2019
El alma de todo evangelizador es su vida diaria de oración. Sin oración no hay fecundidad ni evangelizadora ni misionera.
Nos jugamos mucho si faltamos a la cita diaria de encuentro con quien tiene abierto el Corazón.
No orar es estar en permanente estado de alto riesgo decía el papa santo Juan Pablo ll.
Orar cada día es ya evangelizar es cargarse las pilas en la santidad es ser ya misionero.
Se evangeliza no como proselitismo sino como nuestra vida transformada por Cristo por la oración se convierte en antorcha para el camino de tanta gente que vive sin ninguna esperanza.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres