Jueves 30 de mayo de 2019
Orar es siempre vivir en una presencia que recrea y enamora.
A veces la Presencia se reviste de ausencia es noche oscura y dolorosa donde solo la confianza nos hace caminar al encuentro de quien tiene abierto siempre su Corazón misericordioso.
Los que oramos todos los días sabemos de dificultades en el camino. Nunca se nos dijo que el camino fuese ancho y sin baches. No seria vivir en la verdad.
El camino de una vida evangélica siempre es el camino estrecho y la puerta angosta donde se va aprendiendo a caminar con el Corazón manso y humilde de Jesús.
Esa puerta de la que habla Jesús que hay que recorrer en la vida cristiana es su Corazón que su herida es estrecha y pequeña pero si se agacha uno en humildad le crecen las alas de saber como dice el salmo que en la estrechez me distes anchura.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres