Miércoles 27 de marzo de 2019
Sin oración se paraliza la esperanza. A mucha oración mucha esperanza a escasa oración escasa esperanza. Nos jugamos mucho en la oración diaria. En el encuentro diario el corazón se ensancha y la vida se hace mas plena.
Si Cristo no nos quita nada que merezca la pena en la vida de oración nos enriquece con el tesoro de beber de la fuente del auténtico amor.
Es la oración la que nos hace vivir en la alegría de ser siempre habitados por una Presencia que se prolonga hasta la vida eterna.
El Señor viene a nuestra vida para quedarse. Cuando nos unimos a El en la oración se vive en la conversión del corazón.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres