Miércoles de la octava de Pascua
Orar como Maria Magdalena corriendo para anunciar a sus hermanos que Cristo ha resucitado. También como Tomas que toca el Corazón de Cristo y queda derretido de Amor.
Orar con Cristo Eucaristía que nos invita a comer y descansar en el gozo de su confianza.
Orar en la sencillez de una vida tejida de días grises, de noches sin pescar nada y descubrir que El amanece en la orilla de nuestra vida, alentando la esperanza y convirtiendo nuestros fracasos en unas redes repletas de vida.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres