Peregrinación Tierra Santa 4-01-2017
Despedida de Belén, hasta siempre. Aquí siempre es Navidad. Llovía con cierta intensidad.
Llegamos a Jerusalén cantando el salmo del gozo de los peregrinos en la ciudad santa. La primera visita al monte de los olivos desde donde el Señor ascendió a los cielos. Después hemos rezado el Padrenuestro desde donde Jesus lo recitó.
Visita a la tumba de la Virgen, a Getsemani , gruta del monte de los olivos, al huerto de Getemani y a la basílica llamada de las naciones donde una roca impresionante nos recuerda la agonía de Jesus en el huerto.
Hemos rezado en el muro de las lamentaciones por la Paz. Esta vez he meditado con el salmo que dice que el Señor es mi pastor y nada me puede faltar.
Eucaristía en la capilla de las lágrimas, donde Jesus lloró mirando a una Jerusalén porque no le había acogido.
El siempre empleó su ternura como una gallina recogiendo a sus polluelos.
El siempre empleó su ternura como una gallina recogiendo a sus polluelos.
En el cenáculo los sacerdotes han renovado sus promesas sacerdotales.
En la basílica de la Asunción del monte Sión, de los padres benedictinos, hemos rezado y nos hemos asombrado de tanta belleza.
En la iglesia donde se recuerda la traición de Pedro y que cantó el gallo, hemos orado profundamente en el lugar donde Jesus pasó la noche en el calabozo. El canto de un salmo nos ha conmovido profundamente.
Hora santa en Getsemani en un profundo recogimiento y unidos a un grupo de sacerdotes.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres