¿QUÉ
ES VIVIR LA MISERICORDIA EN LA IGLESIA QUE CELEBRA EL XIV SÍNODO DIOCESANO?
Estuve en Madrid en el Encuentro
Nacional de los Consagrados con los obispos. Fue una experiencia inolvidable y
llena de vida. Me pareció una parábola de comunión tan necesaria como a veces
escasa. Es mi deseo y oración agradecer a toda la Vida Consagrada el
seguimiento de Cristo en pobreza, castidad y obediencia, que vivido de verdad
hace experimentar a la Iglesia la eterna primavera cuando se vive unida a
Cristo-Esposo. Quiero también agradecer a los consagrados en mi diócesis de
Coria-Cáceres, donde los he visto tan entregados, sencillos y construyendo
muchas veces en la frontera una auténtica respuesta a los retos de la
Evangelización. ¡Gracias! ¡Gracias de verdad por estar ahí, ayudando a esta
Iglesia Diocesana milenaria y rica; pobre y confiada!
En el encuentro de vida
consagrada descubrí las tres claves a las que nos anima el papa Francisco para
la vida consagrada y que quiero aplicar a nuestra Iglesia Diocesana que celebra
con gozo el XIV Sínodo Diocesano.
1. Memoria agradecida. El
pasado debemos situarlo en su sitio con agradecimiento, sin nostalgia. Las
raíces deben existir para dar fruto. Nuestra Iglesia Diocesana agradece a
tantos hombres y mujeres que han entregado sus vidas al Señor de la Vida y que
nosotros ahora recogemos la antorcha para seguir llevando adelante a la gente
la alegría del Amor de Jesús que nos transmite el Evangelio. Memoria agradecida
con los testigos: Pedro de Alcántara, beato Spínola, hermano Ángel de
Montánchez, P. Leocadio, don Honorio, hombres y mujeres que se han entregado
sin reserva al Señor y al servicio de los pobres. Todos los fundadores y
fundadoras son un regalo para toda la Iglesia y para la Humanidad.
2. Presente apasionado. La
pasión por Cristo en su Iglesia y por la vida del mundo es a lo que nos lleva
vivir el momento presente. El presente solo pertenece a los que viven con
pasión la alegría y la esperanza de toda una Humanidad que cambia de época y
que nosotros luchamos para que cambie de corazón y viva con los sentimientos
del Corazón de Cristo. Testigos del Resucitado, viviendo el presente
apasionadamente.
3. Futuro esperanzado. El
futuro pertenece al Señor de la Vida y de la historia, a los que apuestan por
vivir la entrega desde Cristo Vivo, a la gente que Dios pone en nuestro camino.
El XIV Sínodo acoge agradecido el pasado, vive apasionado el presente con
Cristo y nos lanza a un futuro esperanzador para vivir la comunión en la
Iglesia y también la alegría de una sana pluralidad, como nos recuerda San
Agustín. El futuro será, sin lugar a dudas, de los que con memoria agradecida
viven apasionadamente el presente y ponen a Jesús Vivo en el centro de sus
vidas, de su comunidad, de su misión.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres