ABRAZADOS
A SU MISERICORDIA
Era de
noche. Noche por dentro y por fuera. Creía que lo había perdido todo. Dejé un
día la casa y me marché a un país lejano, donde el egoísmo acabó matando mis
ansias de vida verdadera.
No lo
pensé más. Me levantaré y volveré por el camino pedregoso con la convicción de
que Él estaría esperando. Le daría todas las explicaciones del mundo a mi
Padre. ¿Me esperaría encendiendo una luz en el portal de casa?
Llegué
tarde… pero llegué. Cuando empujé un poco la puerta vi que estaba abierta. Él
me dijo que siempre estaba abierta, de noche y de día, por si quería regresar.
La
lámpara sigue encendida y soy feliz. ¿Dónde voy a ir fuera de Ti?
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres