viernes, 1 de mayo de 2015

CALLES LLUVIOSAS DE JERUSALÉN

CALLES LLUVIOSAS DE JERUSALÉN


He rezado el Viacrucis bajo una lluvia fría y suave, pero que empapa hasta los huesos. Caminar por cualquier calle de una ciudad, en este caso Jerusalén, te lleva a vivir la vida un poco a la intemperie y guarecido por la ternura de un paraguas abierto hasta que pasan los chubascos de la vida.

Sigo meditando bajo la lluvia el camino de la cruz. De pronto me he sentido conmovido y lleno de esperanza. Allí en todas las calles de la vida su presencia sigue viva. 

† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres