UN
AMANECER EN EL TIBERIADES
Amanecía
y enseguida la luz inundó mi alma hasta llenarlo de una inmensa alegría. Amanece en el lago
Tiberiades, es un espectáculo que nos lleva al asombro. Aquella mañana de
verano yo contemplaba la presencia de Jesús
desde la fe, pero la fe se hizo luminosa, como un amanecer. Recordaba a
muchos místicos que explican lo vi sin verlo, lo experimenté sin saberlo
expresar, lo contemplé con los ojos del corazón. Todavía recuerdo con cierta
emoción el paso del Señor por mi vida.
Fue una emoción increíble.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres