domingo, 15 de marzo de 2015

SANTA TERESA DE JESÚS Y PEDRO DE ALCÁNTARA, UNA AMISTAD EN JESÚS

SANTA TERESA DE JESÚS Y PEDRO DE ALCÁNTARA, 
UNA AMISTAD EN JESÚS



Los santos han sido siempre increíblemente fecundos desde su pobreza aceptada y vivida. Teresa de Jesús y Pedro de Alcántara viven una profunda amistad desde “Cristo, por Él, con Él y en Él”. Esta ha sido la razón por la que hemos elegido para ganar el jubileo tres lugares en nuestra diócesis de raigambre alcantarino. Su pueblo natal, donde fue bautizado, nuestra querida Alcántara; el Palancar, donde todo rezuma pobreza y santidad, el convento más pequeño del mundo. Es aquí donde a Santa Teresa cuenta cómo vive y duerme “fray bendito Pedro de Alcántara”. En el libro de su vida hace un retrato profundo y sencillo que todavía hoy nos conmueve del más santo de los extremeños y el más extremeño de los santos El otro lugar alcantarino es San Pedro de los Majarretes, pegando a Valencia de Alcántara, donde San Pedro tuvo su toma de hábito. Pronto se cumplirá también un aniversario de este acontecimiento, que no puede pasar desapercibido porque este hombre “de raíces de árboles” nos lanza a una santidad “sencilla y alegre” como nos lanza la santa abulense. ¿Qué unió a estos dos santos que viven en el mismo tiempo, con las mismas circunstancias históricas y eclesiales nada fáciles? Les unió un profundo amor a Cristo Crucificado. Sus doctrinas no son teoría. Es pura experiencia. Experiencia del Amor a Dios. Cuando se leen los escritos de ambos se descubre que ¡cómo no van a coincidir si la raíz de su Amor es Cristo Vivo! Se lanzan por un Amor que, aunque a veces puede levantar alguna “sospecha”, sin embargo al final se cumple lo que ellos mismos repiten: “la verdad padece, pero no perece”. Segundo, no fue negociable su amor a la Iglesia concreta que les tocó vivir. Los dos amaron y vivieron unidos al papa, a los obispos, al pueblo de Dios, a los religiosos, a los laicos. Su exigencia es de una espiritualidad de comunión tan abierta como anclada en la verdadera doctrina. Se entendieron porque los dos vivieron en la órbita de Dios. No les unió intereses egoístas y mucho menos diplomacia, les unió la misma pasión por el Amor de los amores. Por último, Pedro de Alcántara y Teresa de Jesús fueron los verdaderos evangelizadores desde una experiencia de Amor a Jesús, a la Iglesia y a los necesitados y carentes de amor ¿Dónde estuvo su “novedad” que les une en un solo corazón? El papa Francisco nos da como clave la alegría del Evangelio y que la tristeza es la patria de los egoístas e individualistas. Estos santos de Ávila y alcantarino, nos lanzan a encontrar que el camino de la vida mística entran en el misterio de Dios, exige poner los pies en el suelo y nos lleva inexorablemente a la caridad. Teresa de Jesús llegó a decir que si no perdonamos de corazón, ella duda de la vida de oración. San Pedro de Alcántara fue capaz de mendigar para pedir comida para sus hermanos enfermos.

+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres