viernes, 6 de febrero de 2015

CANÁ


CANÁ



Faltó el vino y Tú hiciste, Señor, que con tu presencia el agua de la monotonía se pudiera convertir en el vino nuevo del Amor.
¿Qué ocurre? A través de Marco descubrimos que la presencia de Jesús en el amor humano hace que el Amor no se agote, no se acabe.
Como también nos recuerda que nadie es dios para mí.
A veces los matrimonios fracasan porque se creen que el otro tiene que ser dios para mí y saciar todas mis insatisfacciones- Sólo el Amor de Dios invitado a la boda puede hacer que el amor perdure como el vino nuevo.



+Francisco Cerro Chaves

  Obispo de Coria-Cáceres