RÍO JORDÁN
Me acerco de puntillas. El sol
caía implacable sobre el desierto y sobre el río Jordán. La escasa lluvia hace
un río pobre, escaso de caudal y sin embargo por Ti, Señor lleno de encanto y
de una presencia viva. Tú bajaste al Jordán, bajaste como siempre a nuestra
vida, a nuestro corazón, a nuestras entrañas, a vivir nuestra vida. Tu estilo
es bajar, es acercarse a todos, a cada uno de nosotros.
Todavía hoy tu presencia
permanece. Son muchos los que bajan a buscar en las aguas del Jordán al que
está presente en las aguas del bautismo para hacernos hijos del Padre. Allí no
es difícil descubrir tu presencia y tu alegría en el Jordán.
+ Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres