lunes, 30 de junio de 2014
viernes, 27 de junio de 2014
jueves, 26 de junio de 2014
Salmo para confiar en la esperanza
Señor, nos han dicho que
vienes,
que estemos preparados
pues siempre llegas de
repente
como ladrón en la noche.
Un escalofrío ha pasado por
todo mi cuerpo
al saber que vendrás, que ya
estás ahí.
He sentido vergüenza,
me ha dado miedo mi
desnudez,
como a Adán y Eva.
Ante mis pecados,
he preferido huir y
esconderme
tras los árboles de la
ciudad.
Sin embargo, Señor, tú has
venido
y has preguntado por mí.
Has sido tú, el que has
salido en la noche,
me has buscado por todas las
aceras,
te has presentado en los
lugares de moda,
has preguntado en los sitios
que siempre he frecuentado.
Y de pronto…
Sí, sabía que eras tú,
ya no me envías mensajes,
eras tú en persona,
el amor de mi vida;
me has encontrado
y no quiero perderte jamás.
Amén.
miércoles, 25 de junio de 2014
martes, 24 de junio de 2014
Me esperabas en la cruz
Estabas crucificado y me acerqué a Ti,
con mi manos de siempre manchadas por el pecado de la traición y de la
cobardía… Me esperabas cuando estaba crucificado junto a Ti.
Al mirarte a Ti comprendí que no tenía
que tener miedo. Aprendí a confiar, aunque estaba cargado con el peso de mis
pecados, pues Tú jamás rechazas al que acude a Ti con confianza.
Y eso me pasó a mi: que te encontré con
el Corazón abierto al perdón y a la amistad.
Hoy te miro una y otra vez crucificado y
voy comprendiendo que la autenticidad del amor, se mide por la capacidad de
entrega y sacrificio; de perdón, de amor y de misericordia.
lunes, 23 de junio de 2014
viernes, 20 de junio de 2014
La autoridad como servicio
(Marcos 1, 21-28)
Siempre me ha interrogado la vida y el amor de Jesús en todo. Se acercaban
a Él porque transmitía vida y acogía a todos. Nadie se marchaba de su lado sin
haber experimentado de una u otra manera que era amado de Dios, de una forma
única e irrepetible. Pero lo que más me ha impresionado siempre ha sido que
Jesús no enseñaba como los demás, enseñaba con autoridad. ¿Qué significa esta
autoridad? Jesús siempre era sugerente y no imponía nada que uno no pudiese
aceptar libremente. «Si quieres...», le dijo al joven rico.
He llegado a la conclusión de que la autoridad de Jesús se fundamentaba en
que estaba detrás de ella la coherencia de su vida. Jesús enseñaba con
autoridad porque todo lo que decía lo vivía. Su autoridad era su amor
incondicional, la entrega total y absoluta de su vida. Nada le desautorizaba,
porque lo que decía lo vivía, y en lo que mandaba estaba detrás la explicación
con su ejemplo. Era coherente y veraz en todo, ésta era la autoridad que causa
asombro.
Enseñar con autoridad al estilo de Jesús es no un autoritarismo
que no sabe de comprensión con las personas y que tiene mucho de amor propio. Enseñar
con autoridad es la coherencia de que quienes le conocían decían de Él: «He
ahí un hombre que lo que enseña lo vive y, sobre todo, que, antes de nada,
enseña con su ejemplo de vida». ¡Qué distinto nuestro mundo de tanta palabrería
y de tan poco hacer. De acciones sin contenido. De charlatanes sin cumplir casi
con nada! Me quedo con Jesús, con su autoridad, la única que sigue siendo
creíble, que brota de una vida auténtica, que se moja el primero.
Autoridad, porque no decía, ni enseñaba nada que no estuviera explicado con su
vida.
Precisamente porque en la situación que hoy vivimos hay tanta inflación de
palabras, por eso, hay tanto autoritarismo y tan poca autoridad, al estilo
de Jesús. Nos falta vida y nos sobran palabras. Sólo con asomarse un
poquito a nuestro querido, maltrecho y pequeño mundo, nos damos cuenta de ello.
Venid y lo veréis
(Orar con Mc. 1, 1-11)
El amor de Dios
siempre nos sorprende. Es el único amor que nunca está en crisis. Se sigue
ofreciendo constantemente.
Como decía el
Beato Spínola, al igual que las fuentes públicas, siempre con el agua dispuesta
para quienes se acercan a beber.
Quizás, en un
mundo como el que nos ha toca do vivir, donde existe una inflación de palabras
y el testimonio de vida es un bien escaso, debemos plantear- nos que lo que nos
dice Jesús es lo único que ha ce creíble nuestras vidas, el testimonio
personal. Venid y lo veréis. Porque
fueron con Él y se quedaron.
Hoy, nos hacen
falta comunidades acogedoras, abiertas y, a la vez, que se les note que se lo
creen. Cristianos sin complejos que digan: Venid
y lo veréis.
Ante tanta
palabrería, ante tanta incoherencia entre lo que se dice y lo que se vive,
Jesús nos da la solución: Venid y lo
veréis. Es verdad que siempre existe un gran abismo entre lo que vivimos y
lo que nos gustaría vivir. Es verdad que somos frágiles y pecado res. Pero
también es verdad que, como decía un autor moderno, si los cristianos no ardéis, el mundo morirá de frío, el mundo perderá
la luz que viene de Cristo. Tendríamos que plantearnos por qué las gentes
no vienen a nuestras comunidades, porqué a veces no están a gusto en nuestros
grupos, porqué no buscan lo que tanto necesitan y que el Señor ha dado a su
Iglesia. Es cierto que, a veces, Cristo, que es el gran tesoro de la Iglesia,
está envuelto en un papel de pésima calidad. Pero también es cierto que, por
eso, no deja de ser el tesoro que llevamos dentro, el gran don y regalo que
hemos recibido y que tenemos que comunicar. Venid
y lo veréis, y descubriréis que, ser cristiano, sigue siendo la aventura
más apasionante. Que perderse a Cristo es perderse lo mejor de la vida. Que
nosotros hemos conocido el Amor y, por eso, os decimos desde nuestra pobreza y
nuestras limitaciones: Venid y los veréis.
+ Francisco
Cerro Chaves
Obispo de
Coria-Cáceres
jueves, 19 de junio de 2014
miércoles, 18 de junio de 2014
Hora Santa en el Mar de Galilea
Enero
de 2007.
He
venido a Tierra Santa a dar gracias al Señor de la vida por 25 años de
sacerdocio. Somos un grupo que estamos viviendo una experiencia intensa de la ternura
del Amor de Dios.
El
Lago Tiberiades está envuelto en una niebla intensa que aparece y desaparece.
De vez en cuando en el cielo se refleja el resplandor de estrellas lejanísimas.
Nos
adentramos en el barco hacia el Lago Tiberiades. Mar adentro. En un momento se
paran los motores. En medio de la noche comienza la Hora Santa. Leemos un texto
del evangelio que, como siempre, nos invita a meditar.
Acurrucado
en medio de la noche fría, me encuentro como nunca en la paz profunda del
corazón que siempre provoca un encuentro profundo con el Dios de la Vida.
Vuelvo
a sentir una memoria agradecida: ¡no me puedo quejar cuando he recibido tanto…!
La
noche invernal de enero es un espectáculo increíble en el Mar de Galilea.
martes, 17 de junio de 2014
Ser feliz sin fisuras
La verdadera felicidad,
anhelo de todo corazón
humano,
solo se alcanza
de una manera duradera
cuando me siento amado
en todas las
circunstancias de la vida,
en las duras y las maduras.
Esta es la felicidad
sin fisuras.
lunes, 16 de junio de 2014
viernes, 13 de junio de 2014
Solo hay que coger su mano
(Orar con Lucas 2, 1-14)
Jesús pasa haciendo el bien y sanando a los enfermos. Si quitásemos de los
evangelios los pasajes donde Jesús se acerca, escucha, cura a los enfermos, los
dejaríamos muy reducidos. Verdaderamente, Jesús, con su vida y su ejemplo, nos
recuerda que los que sufren son el gran tesoro de la Iglesia. Aquel padre se
acercó a Cristo, como tantos otros padres, viendo a su hija sufrir. Quizás no
existe sufrimiento más angustioso que ver sufrir a la persona que se ama y no
se puede hacer nada por ella. Jairo es un hombre religioso, pero que se
encuentra como todos, tarde o temprano, con el dolor y la muerte. Acude a
Jesús. El sufrimiento es siempre lo que provoca la pregunta más violenta que
hacemos contra Dios y sus planes. En el fondo, creemos que, cuando sufrimos,
Dios no nos quiere y estamos muy lejos de Él, cuando, precisamente, es todo lo
contrario. El gran drama de los que sufren es que le preguntan a Dios: ¿Por
qué?, pidiéndole explicaciones que, en el fondo, es «querer ser como Dios».
La gran tentación del corazón humano es ponerse en el puesto de Dios, cuando,
en realidad, al Señor siempre le debemos preguntar: ¿Para qué?, pues,
como les dijo a los apóstoles, «lo entenderéis más tarde».
Él nunca responde a ¿Por qué? Y siempre con la vida, más tarde,
responde a ¿Para qué? Aquella niña de 12 años, edad en que se abría a la
vida y comenzaba a ser mujer y a tener todas las esperanzas e ilusiones del
mundo, parecía que se había tronchado. Sólo hay un camino, la aceptación y
saber esperar, porque después del túnel siempre se enciende una luz. Si los
arquitectos humanos hacen los túneles con salidas, Dios nos mete en túneles que
siempre tienen salidas, siempre existe una luz, aunque sea al final; sólo hay
que tener paciencia y vivirlo todo desde el amor de Dios.
Jesús hace el milagro, como hace miles de milagros cada día devolviendo la
vida a tantos muertos por el pecado y el egoísmo. Se interesa, nos mira, nos
abraza, se palpa que todo lo humano afecta a su Corazón. Sencillamente, nos ama
desde la realidad de nuestra vida.
Jesús la tomó de la mano. Como para indicarle su amor por lo pequeño, por
lo insignificante. Al instante, se levanta, como Pablo, que para recuperar la
vida tiene que ser cogido de la mano, como un niño. La verdadera vida
siempre es Jesús, que se hace Vida y Camino para todos los que se abandonan en
sus manos. La clave es confiar. Su padre, sencillamente, confía en la fuerza y
el poder del Señor. Jesús toma de la mano a la niña y le dice: Talita, kumi
(¡Niña, levántate!) En el fondo, siempre que el Señor se acerca a
nuestra vida, es para darnos Vida en abundancia. Sólo hay que coger su mano, y
su Corazón.
+ Francisco Cerro
Chaves
obispo de Coria-Cáceres
obispo de Coria-Cáceres
jueves, 12 de junio de 2014
Es imposible no amarte
Cuando te conocí, hace años,
la vida me dio un vuelco
de trescientos sesenta
grados.
Es imposible conocerte
y no amarte.
Todavía es más imposible
poder vivir sin Ti
desde que tu visita
me dejó la alegría
de una Presencia Permanente.
Amén.
miércoles, 11 de junio de 2014
Opciones
Nunca
digas “no quiero” porque, entonces, Dios no violentará tu libertad.
Di
“no puedo” y verás cómo Él te eleva como un niño para estrecharte contra su
Corazón.
martes, 10 de junio de 2014
Tres claves de conversión
(Orar
con Mc. 16, 15-18)
La palabra
conversión y san Pablo han quedado unidas para siempre. El que fue perseguidor
de los cristianos pasa a ser apóstol de Jesús con su propia vida, hasta considerar todo basura, con tal de alcanzarle.
Cristo fue para Pablo su Vida, su Doctrina, Todo...
San Pablo,
tirado por tierra, tirado por el suelo, siempre que habla de su conversión, de
su encuentro con Cristo en el camino de Damasco, repetirá tres claves. Son
éstas, tan sencillas como profundas. La
primera es que no veía nada. Para acercarse a Jesús es necesario descubrir
nuestra propia ceguera, nuestras propias oscuridades. Saulo va a descubrir que,
lejos de Cristo, nuestra vida es oscuridad. No encontramos la luz verdadera que
nos conduzca hacia la vida plena que nos ha traído Jesús. Hasta que no descubramos
nuestras propias oscuridades, no podrán ser iluminadas por la Luz que nos trae Cristo
y que hace que toda la vida la vivamos con otro estilo.
La segunda
clave: Pablo dice que tuvo que ser cogido
de la mano como un niño. Sólo en la medida en que descubrimos nuestras
necesidades y somos cogidos de la mano, como nos recuerda san Pablo, es cuando
verdaderamente estamos en el camino de la conversión. El encuentro definitivo
de conversión es hacerse como un niño,
y hacerse como un niño tiene mucho que ver con ser cogidos de la mano para ser conducidos a vivir y entrar en la verdadera
vida. Jesús lo dijo: Si no os hacéis como
niños, no entraréis en el Reino de los Cielos. Hacerse como un niño es volver
a la raíz del Evangelio.
La tercera
clave, de la que nos habla san Pablo como confesión, y que nos sorprende al
hablar de su conversión, es que, como no
veía nada y tuvo que ser cogido de la
mano, se refiere a la Iglesia que camina en Damasco a través del presbítero
Ananías, el que encauza su oscuridad hacia la Luz que es Cristo. Cuando el
presbítero lo acoge en la comunidad de Damasco y lo bautiza, se esfuma toda su
oscuridad hacia la Luz plena que es
Cristo. No existe conversión que no pase por la comunión con la Iglesia. Sin la Iglesia, no hay conversión, ni se
puede vivir en el gozo del Evangelio. San Pablo, ya desde el primer momento,
entenderá que tan sólo en la Iglesia Madre ha puesto las bases de la verdadera
conversión: sin comunión con la Iglesia no existe conversión plena, ni
duradera.
lunes, 9 de junio de 2014
El Cirineo
La vida
toma una dimensión nueva,
cuando se ofrece por la redención del mundo.
Ibas
camino de la cruz y me acerqué a Ti. Te ayudé, más por compromiso que por
convicción. Sin embargo mi ayuda se convirtió en el camino que Tú inaugurabas…,
el de colaborar contigo a la Redención del mundo.
Gracias
por todos los que colaboran y ayudan a los hombres en el camino de sus cruces.
Los que son capaces de amar hasta el final y ofrecer sus manos cansadas, para
que otros descansen y tengan vida abundante: tu Redención.
Tú
fuiste en realidad el que me ayudaste Siempre eres Tú el primero y siempre eres
capaz de llegar más allá de lo que uno podía imaginar.
Decálogo ante la depresión
1. Aunque no
estoy para muchos razonamientos, no siempre será así.
2. Aunque veo
que no tengo solución, todo pasará si tengo paciencia.
3. Aunque es de
noche, se escucha manar el agua de la fuente.
4. Saber aceptar
que es necesario atravesar la noche para que llegue el día.
5. Ser humilde y
tratarme bien.
6. Cuidarme es
la mejor inversión para el futuro.
7. Aunque no estés
para muchas lindezas espirituales, Dios lo vive contigo.
8. Dejarte
ayudar es comenzar a cambiar.
9. Ponte en
manos de quien te puede ayudar de verdad.
10. Aunque no lo
creas, NADA ESTÁ PERDIDO.
viernes, 6 de junio de 2014
Tirar la toalla
No
tires la toalla pensado que no tienes solución.
La solución
comienza, precisamente, cuando decides no tirar la toalla.
jueves, 5 de junio de 2014
miércoles, 4 de junio de 2014
Monte Nebo (Jordania)
El desierto, sin caminos, solamente una inmensidad de
arenas me hizo vivir en aquel día caluroso de verano en el Monte Nebo una
profunda experiencia de encuentro con el Señor.
Allí murió Moisés, viendo al fondo Jericó, jardín de
palmeras. El pueblo estaba extenuado y solo la promesa de entrar en la Tierra
Prometida suavizaba la herida de no tener patria donde vivir.
Allí, en el Monte Nebo, los franciscanos han colocado un
estandarte que recuerda que los que era mordidos por la serpiente curaban
mirando al que hizo Moisés por mandato de Dios. Los que eran mordidos solo
curaban contemplando aquel estandarte, que más tarde nos recordará a Cristo
crucificado.
También nosotros, mordidos por la serpiente de la vida,
solo curamos mirando a Cristo crucificado y con su corazón abierto.
martes, 3 de junio de 2014
Decálogo del equilibrio
1. Ayúdame,
Señor, a ser radical, sin ser fanático.
2. Ayúdame a ser
contemplativo con las manos en la masa.
3. Ayúdame a
vivir gozoso, sin olvidar a los olvidados.
4. Ayúdame a
reconocerme pecador, sin ser corrupto.
5. Ayúdame a ser
humilde, sin ser cobarde.
6. Ayúdame a
sembrar sin desfallecer, aunque no vea el fruto.
7. Ayúdame a ser
cercano respetando al otro.
8. Ayúdame a
vivir cantando tus Misericordias en la noche oscura.
9. Ayúdame a la
alegría esperanzada, cercano a los que no la tienen.
10. Ayúdame a vivir en la confianza aunque
esté en la intemperie.
lunes, 2 de junio de 2014
Aquí hay algo distinto
(Orar con Marcos 1, 1-8)
Ser cristiano
es haber descubierto el secreto de la verdadera alegría. Esta alegría tiene
mucho que ver con volver a vivir la vida en Dios. El mundo de hoy, la gente,
habla de sobrevivir, de malvivir, de convivir, pero nuestra gente se viste de
tristeza y de aburrimiento por las calles. Tendrá razón quien dijo que el
aburrimiento salvará al mundo, porque es hora de volver a la necesidad de
descubrir caminos nuevos para vivir a tope. La llamada a la conversión es
siempre una llamada a descubrir la verdadera vida. Para san Juan, convertirse
es volver la mirada, una y otra vez, a quien tiene traspasado el corazón;
para Pablo, convertirse es vivir con los sentimientos de Cristo, pero
todos dicen lo mismo: la clave es haber descubierto a Cristo, como camino de
vida verdadera. Le preguntaban a la Madre Teresa de Calcuta cuál era el secreto
de su vida. Los periodistas trataban de arrancarle a esta santa mujer su
secreto más codiciado. Ella bajó la voz y, con mucha sencillez y sentido del
humor, dijo: «¡Mi secreto es Jesús, y se
lo podéis decir a todos!»
Ésta es la
clave de una vida que deseamos vivir al estilo de Jesús, haber descubierto el
secreto de la verdadera vida. Si los cristianos diéramos testimonio, si nuestra
luz alumbrara a tanta gente que languidece y vive sin vida, otro gallo
cantaría. Podemos luchar contra todo lo que nos parezca que quita el gozo de
vivir a las personas, pero como no vean en nosotros un testimonio de vida, nos
pasará que nos hemos parado en Juan Bautista, quien decía: Preparad el
camino del Señor, pero no habremos crecido a la vida que anuncia Cristo.
Tenemos que
denunciar y anunciar. El secreto es que, muchas veces, a nuestra sociedad le
ocurre que no sabe qué inventarse para hacernos felices. Poco a poco nos
va descubriendo que la vida está ya bien inventada, y que todo lo que no nos
ayuda a vivir a tope la esperanza tiene las fechas contadas. Existen muchas
cosas que tienen fecha de caducidad. Sólo el amor, sobre todo el amor de Dios,
no se acaba. Es siempre una novedad y es la fuente de la verdadera conversión,
de vivir allanando el camino del Señor. Hace unos años, en Valladolid, me
encontré con un joven que vino a verme y me comentó: «Pasaba por aquí y he
entrado porque he visto gente feliz, y me he dicho: Aquí hay algo distinto».
Es necesario
que hoy, en medio de nuestra tierra, sembremos en el corazón la semilla de la
esperanza a través de que nuestro discurso, junto con el de la renuncia, como
el de Juan Bautista, vaya acompañado, inseparablemente, del anuncio de la Buena
Noticia de Jesús. Juan es gesto, Jesús es la Palabra. Juan transmite temor,
Jesús esperanza. Juan vive en el desierto, Jesús ha puesto su tienda entre
nosotros.
Volver a vivir.
Volver a estrenar cada día la alegría de ser cristiano. Sin fanatismos, pero
sin complejos. Descubrir el gozo de que la esperanza siempre nos pertenece. Que
no vivir en esperanza es traicionar el mensaje de Jesús. Que el Evangelio es
siempre el anuncio gozoso de un Amor Total, y que ese anuncio descubre que
muchas cosas no van bien. Pero que sabemos que, entre todos, podemos y debemos
continuar construyendo la civilización del Amor que es el mensaje de este
Adviento.
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