lunes, 9 de junio de 2014

El Cirineo

La vida toma una dimensión nueva,
cuando se ofrece por la redención del mundo.
Ibas camino de la cruz y me acerqué a Ti. Te ayudé, más por compromiso que por convicción. Sin embargo mi ayuda se convirtió en el camino que Tú inaugurabas…, el de colaborar contigo a la Redención del mundo.
Gracias por todos los que colaboran y ayudan a los hombres en el camino de sus cruces. Los que son capaces de amar hasta el final y ofrecer sus manos cansadas, para que otros descansen y tengan vida abundante: tu Redención.
Tú fuiste en realidad el que me ayudaste Siempre eres Tú el primero y siempre eres capaz de llegar más allá de lo que uno podía imaginar.