viernes, 21 de marzo de 2014

Las Hurdes



Tarde de lluvia en una visita pastoral.
Junto al fuego hablamos sin pausa con una familia tan buena y entrañable como sencilla.
Poco a poco cae la tarde.
La mujer, enferma, recibe la comunión mientras fuera sigue lloviendo.
Me estremezco ante tanta hermosura realizada de una manera tan sencilla.
Cuando volvía a casa, la escena de aquella mujer recibiendo a Jesús y el marco de una tarde de invierno seguía fascinando mi corazón.
Dios se revela en lo cotidiano, en lo sencillo.