Santa
María, enséñanos a mirar con tus ojos al Corazón de Cristo.
Cristo
muere en la cruz y, antes de morir, su última mirada la dirige a su Iglesia,
representada por Juan —el carisma petrino o de la jerarquía— y por María —el
carisma mariano o de la santidad—.
la
Iglesia es Una, Santa, Católica y Apostólica, por tanto formada por el carisma
de la apostolicidad que representa junto a la cruz Juan y por el carisma de la
santidad que vive María junto a la cruz.
La
Virgen nos ayuda a poner nuestros ojos en el Corazón de Cristo. Sólo en la
medida en que miramos al crucificado con los ojos de la Virgen y vislumbramos
la resurrección.
El
Corazón de Jesús nos ayuda a mirar con la conciencia de que solo el Amor de Dios nos hace libres y
capaces de entregar la vida por amor y esto lo aprendemos en la escuela de
María junto a la cruz, que vivió en Nazaret.