martes, 11 de febrero de 2014

Comenzar desde su Corazón



Siempre he estado convencido de que el verdadero sentido del humor es el verdadero sentido del amor. Cuando amamos de verdad todo queda relativizado y entonces surge el sentido del humor. Es algo así como llegar a descubrir que Dios es Amor y que tiene mucho sentido del humor, siempre quiere que pongamos el corazón en “volver a lo esencial”, a aquello que decía el Hermano Rafael que no tiene fecha de caducidad y dejar de “preocuparnos” por tantas cosas que no merecen la pena y que agotan y estresan nuestro corazón.
Jesús tenía mucho sentido del humor. Siempre recuerdo cuando, quizás un poco cansado de tantas pegas como ponemos a los planes de Dios y que, en el fondo, es la pega perfecta para no entregar nuestra vida, Jesús les dijo: “hemos tocado la flauta y no habéis bailado, hemos dicho lamentaciones y no habéis llorado” y, en definitiva, les viene a decir: con vosotros haga lo que haga no acierto. Pero Jesús con su Corazón “manso y humilde” vuelve y volverá una y otra vez a la carga para decirles que deben comenzar de nuevo y que, como decía el Hermano Rafael: toda la ciencia consiste en “saber esperar”.
Algunos pensarán que “no está el horno para bollos”. Otros, sin embargo, creemos todavía que el Evangelio es lo mejor de la vida y que dar a Cristo es lo más necesario y urgente para el mundo.
Sembremos este año de esperanza, de alegría. Hay que hacer trizas lo que dicen los maestros del espíritu que son las tres “D” que a veces hacen estragos en nuestra vida: la D de la disculpa, la D del desánimo y la D del desaliento. Todas estas “D” tienen el común denominador del Diablo. Ante todo la inmensa alegría y el gozo e saber que Dios actúa siempre en nuestro favor, por tanto tenemos asegurado el triunfo del Amor de Dios.