¿Porqué costará tanto la vida oculta,
sin brillo, sin llamar la atención?
Porque, en el fondo, es una muerte a sí
mismo. Es la verdadera ascesis que, en realidad, es una muerte al propio yo, para
que viva Cristo en nosotros. Por eso nos cuesta tanto la vida oculta, porque es
holocausto de sí mismo para dar lugar a que toda nuestra existencia sea un
vivir, no para nosotros mismos, sino para el Señor.