Es una palabra sencilla y, sin embargo,
puede llevar a la persona a quien se la decimos carretas de alegría a su corazón.
Gracias por esperarme. Gracias porque
sigues creyendo en mi. Gracias porque me defendiste. Gracias porque saliste a
mi encuentro cuando nadie apostaba por mi.
Acostumbrarse a dar las gracias. A cada
persona que nos encontramos en el camino. Saber agradecer, lo mismo una sonrisa
que un vaso de agua en el calor de la tarde.
Tenemos que ser agradecidos y sembrar
alegría en los caminos de la vida.
¿Cuál fue la última vez que dijiste
gracias?...
¿A quién se te olvidó agradecerle tanto
como te dio?