Ahora
que aprieta el calor,
déjame
decirte, Señor,
cuánto
te quiero.
Déjame
descansar
mi
cabeza cansada
sobre
tu pecho abierto de Amor.
Déjame
en esta mañana de verano
que
te diga al oído
que
eres
lo
mejor de mi vida.
Que
conocerte a Ti,
ha
sido una fiesta continua.
Que
quiero vivir siempre
a tu
lado.
Amén.