lunes, 1 de julio de 2013

Si no tengo amor no soy nada

(1 Cor 13, 1-3)
Pero es que nada, nada.
Sin amor no se puede construir. Sin amor, la vida se convierte en algo triste y aburrido.
Cuando llegaste Tú, Señor, a mi vida, descubrí y experimenté el Amor. Era como si de pronto se despertase en mí, gran cantidad de cosas que llevaba dormidas en mi interior. Tú resucitaste el cadáver que arrastraba desde hace años en mi corazón.
Ahora sé, Señor, que verdaderamente eres Tú la fuente del Amor.
Ahora vivo en el conocimiento de que el amor no pasa nunca, porque la fuente es el mismo Dios, “porque Dios es Amor” y experimento un gozo inmenso, porque sé que sin amor no soy nada. Pero sé que la fuente del amor jamás se secará.