LA MULA Y EL BUEY
Estaban
allí. ¡Cómo no iban a estar los humildes y sencillos animales que siempre
estuvieron! Toda la creación acoge al Creador. Son todos los que se sienten
llamados a adorar al Niño Dios que nace pobre en Belén. La mula y el buey
ofrecen su aliento para calentar al Niño humilde.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres