EL TABOR Y EL HERMÓN ACLAMAN TU
NOMBRE
He
subido al anochecer al Tabor. Me ha
impresionado notablemente la belleza al contemplar aquella inmensa lejanía. Se
veía cerca el lago Tiberiades .Algunos pueblos encendían sus luces.
El
Tabor siempre me habla desde esa “montaña alta” de la búsqueda del corazón
humano de la intimidad con el Señor. He subido y bajado en la noche.
Allí
sigue la montaña, allí sigue la invitación a subir al monte dese la oración y a
bajar después al valle de la desfiguración.
La
noche encendía sus primeras estrellas y en mi corazón resonaba el Salmo : “El
Tabor y el Hermón aclaman tu nombre.
Todavía recuerdo aquella subida al conocimiento de Jesús y aquella bajada a ser
buena noticia para los que sufren.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres