Me
impresionó hasta costarme dormir aquella noche. Lo había dicho la radio.
En
un país en guerra una niña había muerto literalmente de miedo.
¡Morir
de miedo!
Dios
mío, ¿qué seguimos haciendo todos para que este planeta sea cada vez más
complicado e imposible de habitar para los niños?
Morir
de miedo es la acusación mayor que nos pueden echar en cara nuestros hermanos.