XVIII
Domingo del tiempo ordinario.
Mt
14,13.21.
Eran muchos los que seguían a Jesús y se olvidaban de comer con
tal de escucharle.
1. Jesús
estaba pendiente y le llegaba al corazón los que vivían como ovejas sin pastor.
Ante aquella multitud hambrienta, el Señor hace el milagro de la multiplicación
de los panes y los peces. El Señor para hacer el milagro siempre cuenta con
nosotros y con nuestra pobreza. Dadle vosotros de comer...
2. Jesús
parte para construir desde nuestra pobreza. ¿Qué tenéis para compartir? Es muy
poco. Casi nada. Sin embargo ofrecido al Señor el fruto es inmenso. Es
necesario descubrir que el Señor siempre parte de nuestra pobreza y es desde aquí,
desde donde se realiza el milagro. Cuando con el corazón de Cristo miramos una
humanidad hambrienta y le ofrecemos nuestras vidas, el Señor construye desde
nuestra pobreza.
3. Comieron
hasta saciarse. No podemos dudar de que el Señor siempre cuenta con nosotros
para hacer sus maravillas. No olvida a los que viven en todas las intemperies.
Es desde la realidad de nuestras pobrezas desde donde el Señor realiza el
milagro que nos habla de sus maravillas a favor de los hambrientos y sedientos.
El Señor nos sacia de sus bienes en los caminos de nuestra vida.
+ Francisco Cerro Chaves
Arzobispo de Toledo. Primado de España