viernes, 3 de abril de 2020

HOMILIA, DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECIÓN, 5-4-2020


Domingo de Pascua.



5-4-2020 

Jn  20, 1-9.
  
La resurrección de Cristo recorre todo el universo y la historia, proclamándolo como nuestro Redentor y Salvador que vive para siempre. No busquéis entre los muertos al que vive, resucitó de veras mi amor y mi esperanza.

1.   El peligro de la vida cristiana es seguir buscando a un Jesús muerto y no descubrirlo vivo entre nosotros. Tenemos corazón de Magdalena y quizás nos interesa más un Cristo muerto, un cadáver al que podemos manejar, que un Cristo resucitado que nos lleva por donde el quiere y nos marca el camino. Tenía razón Cristina de Arteaga, esta jerónima contemplativa que decía en un poema, que su vida había sido la lucha del amor contra el Amor. Todos los que con Magdalena caminan buscando un Cristo muerto deben volver a Galilea, a la vida nueva, que es donde nos convoca el Señor.
2.   Hay que seguir caminando para anunciar que Cristo vive a todos los hermanos decepcionados de la vida, y contarle el gozo del Resucitado en nuestro corazón y en nuestra vida.
3.   El Señor resucitado nos convoca a su encuentro en Galilea, donde se encuentran sus hermanos, la vida real, lo cotidiano. Lugar de tantos acontecimientos del Señor con los suyos, donde quiere encontrarse con ellos en el corazón de la vida y la existencia. También nos convoca el Cenáculo, lugar del encuentro en la intimidad de la Eucaristía y donde resucitado, nos sigue invitando como a Tomás, a tocar su Corazón, para que sirvamos de rodillas a los sufrientes. Por ultimo nos cita en el camino de Emaús, para alentar a los decepcionados por la cruz y el sufrimiento. La cita con el Resucitado sigue abierta y el Señor no invita a tocar su Corazón y con El curar las heridas de los que viven en todas las intemperies.




+ Francisco Cerro Chaves
Arzobispo de Toledo.Primado de España