Miércoles 7 de agosto de 2019
Caer en la cuenta de la presencia de Dios es el inicio de toda oración. Permanecer en su amor la consolidación de nuestra vida orante.
Orar no es sentir emotividad es vivir de fe que con esperanza nos lanza a vivir en el amor. Sin vida de oración cada día se resiente nuestro ser de cristiano.
No encontramos la salida a los conflictos que muchas veces nos ahogan porque no tenemos el salvavidas de una vida orante.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres