Martes, 9 de julio de 2019
Se le preguntó hoy al Maestro que nos enseñara a orar. El oraba mucho y bien. Se retiraba a lugares solitarios. El amanecer le sorprendió muchas veces en trato de amor con el Padre. Su oración era un corazón de deseo.
De pronto nos dio las claves de la oración cristiana llamar a Dios Abba Papa y como hijos sin miedo construir un mundo de hermanos donde se anuncie la buena noticia a los pobres.
A orar solo se aprende orando. Solo se nada tirándose de cabeza a la piscina.
Teorizar sobre la oración sin hacerla vida es como explicar el dulzor de la miel sin haberla probado, sin saber ni siquiera que existe.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres