Lunes 1 de julio de 2019
Orar cada día es renovar las promesas bautismales para ser fieles al Corazón de Jesús en la entrega a todos, especialmente a los sufrientes.
No se ora mas que para amar y para ser servidores del evangelio. No podemos vivir sin amar la voluntad de Dios que siempre desea nuestro bien y el de los que nos rodean.
Orar es encontrar en el encuentro con Jesús el sentido pleno de nuestra existencia que es la vocación al amor. Orar y amar se abrazan en el Corazón de Cristo que nos abre siempre a los empobrecidos y viven en todas las periferias existenciales.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres