Me preguntan como puedo dedicar tanto tiempo y sin prisas a la oración diaria cuando hay tanto por vivir y por hacer.
Precisamente porque no quiero perderme lo mejor de la vida que es la vida misma es por lo que oro a diario.
Orar es ya evangelizar. Orar es ya la mejor pastoral. Orar es ser ya catequista. Orar es comenzar el día bien y acabarlo mejor. Sin oración nos perderemos lo que tiene de sabor y de sabiduría vivir la vida desde el evangelio.
Cuando dejo de rezar un día notan los que están cerca que me faltara algo. Cuando son mas días hasta los lejanos me encuentran menos acogedor y sin vida.
Cuando no forma parte de mi vida habitual la oración hasta yo mismo lo noto que voy perdiendo el amor primero y que me convierto en un funcionariado de lo religioso que son palabras sin vida ni corazón.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres