viernes, 21 de junio de 2019

HOMILIA CORPUS CHRISTI 23-06-2019


DOMINGO SANTISIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO


 Lc 9, 11b-17.

La Iglesia vive del Cuerpo y sangre de Cristo resucitado que nos lanza a compartir con los más necesitados. En torno a la Eucaristía celebrada comulgada y adorada es donde vive la Iglesia y desde donde creamos fraternidad y compartimos y tocamos como decía la Madre Teresa de Calcuta el cuerpo y la sangre en los pobres. No podemos separar Eucaristía de caridad. Jesús y la vida fraternal. Comer su cuerpo y repartir nuestros bienes con los que viven en todas las periferias.

Lucas en este texto nos presenta las claves que siempre dan los evangelios sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas para acercarse al misteryum fidei que es la Eucaristía.

Primero. Al caer de la tarde. Nos recuerda a los de Emaús. Es el momento también cuando entro Jesús en el cenáculo. Allí ante una multitud de personas cuando cae la tarde, el Corazón de Jesús se compadece de una humanidad hambrienta y sedienta de Amor. Se convierte Jesús no solo en Pastor conmovido, sino en pasto y comida como dice un himno de laudes en el corpus Cristi. Es el Señor que realiza sus grandes milagros y hazañas en servicio de un pueblo hambriento y sin esperanza.

Segundo. El Señor siempre construye desde nuestros panes y peces, desde nuestra pobreza. Él siempre cuenta con nosotros. Nunca desprecia lo humano y pobre, si sabemos ofrecerlo y no desconfiamos de su infinita misericordia. No era nada lo que tenía pero ofrecieron ni más ni menos que lo que tenían. Su Amor siempre cuenta con lo que somos y tenemos. Podría haber prescindido de lo poco que puede aportarle la humanidad para dar de comer a la multitud, y sin embargo es necesaria nuestra colaboración. Dios es humilde y hasta cuando instituye la Eucaristía quiere necesitar para su realización de nuestro pan y vino. No dice que el vino y el pan tienen que ser de primera etiqueta y calidad...pero es necesario. De tal manera que si falta un poco de pan y un poco de vino no hay Eucaristía, aunque este reunido todo el colegio apostólico.

Tercero. Se saciaron porque la Eucaristía es el pan del cielo el pan compartido que contiene en si todo deleite. Aquella multitud encontró en el nuevo maná que no fue Moisés quien os dio el pan del cielo hasta saciaros, sino que es mi Padre celestial, el que os da el verdadero pan de vida. Jesús bendice y alaba al Padre incluso antes de que se haga el milagro, pues es el Padre el que nos ha dado a su Hijo como comida y bebida para la vida de la gente.   

+ Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres