Martes 28 de mayo de 2019
Es la oración diaria con el encuentro personal con Jesús lo que hace que nos cambie la vida. Pasamos de tener a Jesús como un personaje más de la historia a una persona viva que su encuentro cambia mi vida y mi historia.
Es en cada uno de los orantes ocurre lo mismo que a Pablo que decían que sostenía que un difunto llamado Jesús vive. Este es el misterio de nuestra fe. Se celebra en la Eucaristía, la oración hace arder nuestro corazón y la vivencia de la caridad confirma como prueba de algodón que vivimos con los sentimientos del Corazón de Cristo.
+Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria Cáceres