Orar con lectio divina
Leer sin prisas la Palabra de Dios de cada día que se proclama en la misa.
Meditar la Palabra discurriendo y saboreando lo que me dice o no me dice el texto.
Orar la Palabra es siempre aplicarla a mi vida concreta como aterrizaje de mi oración. Por último la contemplación me lleva a vivir asombrado por tanto amor en la oración y en la vida.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres