DOMINGO IV
DEL TIEMPO ORDINARIO 2018
Mc. 1, 21b-28
CON
AUTORIDAD
Jesús
enseñaba con autoridad, expresa una manera de ser y de actuar que es única de
Cristo, enseñar con la vida, su coherencia le lleva a convencer más que a
vencer por la fuerza. Su autoridad no es autoritarismo, brota de que lo que
dice lo testimonia con su vida y, sobre todo, expresa con ella que la fuerza de
la autoridad está en el servicio que hacer al pobre endemoniado o cuando
defiende a la mujer pecadora. Su autoridad no le lleva a aprovecharse de sí
mismo, de sacar provecho y beneficio. Su autoridad es, sencillamente, su amor
ofrecido como servicio.
¿Cómo
se expresa esa autoridad de la que habla Marcos y que es tan llamativa, tan
poco corriente y habitual en su tiempo?
Brota, primero, de su Amor incondicional a los que sufren, a los cuales
ofrece su Corazón abierto que le lleva a defenderlos siempre. Segundo, lo que
dice lo vive, por eso no se resiste ni su enemigo el diablo ni sus enemigos los
fariseos que siempre buscaban acorralarlo contra la pared. Los vence por la
coherencia de su vida.
Por
último, su autoridad brota de dentro hacia fuera, de la sabiduría que ha ido
formando en su interioridad el Espíritu Santo y el Padre y que sólo la utiliza
con amor y servicio a los empobrecidos.
Jesús,
como enseña con el testimonio de su vida, también nos enseña que la auténtica
autoridad, que no tiene nada que ver con el autoritarismo, brota de la
coherencia de su vida, lo que se traduce en que no hay nada en su vida que se
le pueda achacar, porque todo lo que predica o dice es lo que vive Jesús, y ese
era su gran atractivo: enseñar con su vida. Es su vida la que enseña con la
autoridad que le otorga vivir intensamente lo que dice, nada más y nada menos.
+Francisco Cerro
Chaves
Obispo de
Coria-Cáceres