Me lo contaron y te lo cuento.
Aquel pájaro a punto de morir de hambre en el desierto posado en un árbol
seco y sin saber donde ir.
Un día el árbol se vino abajo.
El pájaro tuvo que volar y volar.
Al no encontrar otro arbol donde posarse en el desierto, voló tanto que al
final llego a un bosque lleno de árboles frutales. Comió hasta saciarse.
A veces es necesario que se nos hundan cosas para volar y encontrar la
tierra prometida.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres