Tener gratitud con Dios y con todos
No somos felices porque nos pasamos la vida quejándonos sin encontrar la salida, que siempre se vive cuando descubrimos la alegría de vivir agradeciendo.
La oración diaria nos recuerda que alabar a Dios es vivir y que la vida autentica comienza cuando abrimos asombrados los ojos, ante tanto amor de Dios derramado.
Algunos se pasan la vida instalados en la queja y no saben despertar en su corazón el gozo que descubrieron los santos, de que el Señor nos acecha con su ternura y nos seduce con su Corazón abierto.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres