Domingo, décimo segundo día
de cuaresma.
Hay que buscar cada día un
tiempo y un espacio para Dios en la oración.
Cuando no dedicamos tiempo a
Dios, en el fondo, ya no es nadie para nosotros, lo hemos exiliado de nuestro
corazón.
Orar cada día orar en
domingo, es siempre volver como el hijo pródigo al hogar donde siempre comienza
la fiesta de la vida.
† Francisco Cerro Chaves
Obispo de Coria-Cáceres